sábado, 7 de marzo de 2009

Arepa con lengua a 1,50

Ayer a pocos días del nombramiento de un nuevo y flamante Ministro del Poder Popular para el Comercio, finalmente pude saber porque fue nombrado. En principio no me quedaba claro porque el director de un orgnismo como el INDEPABIS (Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios) que se dedica a proteger al consumidor, llegaba tan estrepitosamente a Ministro de un país para encargarse de un tema tan delicado como el comercio interior, eso es considerado un super ascenso en la administración pública. Aunque en este país los nombramientos del tren ministerial me recuerdan a las caimaneras de beisbol que jugabamos en mi tierra natal (Barquisimeto), donde se comenzaba cubriendo por el right field y se terminaba bateando despues de 9 outs, todos sabiamos que por no haber mas gente igual tenian que jugar tanto los buenos como los mansos, pues la idea era divertirse. Aunque en ninguna posición jugada tu cogieras un rolling o un fly, igualito terminabas bateando, porque el derecho en la zorra (como se llama a estas caimaneras), es a participar así no juegues pelota. Muy similar es lo pasa actualmente en el tren ministerial venezolano, donde pareciera que solo hay ministros como para una zorra.

El Ministerio de Comercio, encabezado por el nuevo Robin Hood del Chavismo (como ya lo han comenzado a llamar), ha hablado de expropiar plantas de arroz, plantas de cervezas y tambien areperas... si, areperas!! Al parecer ocuparse de las arepas puede disminuir la inflación, quién lo hubiera pensado. Lo cierto es que ya comienzan a escucharse declaraciones de que si bajan los precios de las arepas muchos locales cerrarán, otros dicen que se venderán arepas mas pequeñas y con menos relleno, y otros jocasamente dicen que venderán arepa con lengua, que no es más que una arepa viuda (sin relleno).

Para un venezolano, una arepa es como una hamburguesa para un gringo, o un tamal para un mexicano, entonces imaginemonos como será eso de un desayunito criollo con pan tostado, o un mondongo con focaccia, eso no pega ni con cola. Solo imaginemos terminar una rumba a las 3 de la mañana comiendo un sandwich de jamón y queso, definitivamente eso nos quitaría una parte de nuestra venezolanidad.

Adios a la reina pepiada, a la de dominó, a la tumbarrancho, a la sifrina, a la catira y a la pelúa, y a todas sus hermanas, que en paz descansen (Q.E.P.D.)...



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